jueves, 25 de octubre de 2007

No quiero recordar...

No, vete, hoy no quiero un día gris que me haga volver a recordar, volver a liberar ese sentimiento que esta muy adentro.

Deberían encerrarte, día gris, por tus versos malhechores, pasión traicionera. Me hablas del dolor, de la muerte, de puñales, de gritos de terror, almas separadas y vidas arrancadas…

Dia gris, ya no eres nada, moriste envenenado por tu propio veneno, ya no oigo tus palabras.

Dime, ¿volverás a intentarlo mañana?

No voy a despertar, no lograrás desvelarme de este sueño tan veraz.

Y verte a ti, y verte así, triste y volver a recordar…

lunes, 15 de octubre de 2007

Y ahora...?

Pensaba que me quedaba poco tiempo, que el cronómetro en cuenta atrás llegaría a cero sin haber alcanzo ninguna meta. Yo corría y corría en busca de algo que ni siquiera sabía lo que era, pensaba que un fin, un lugar donde acomodarme para poder ser feliz... y el tiempo se me escapaba... lloraba por no lograr nunca mi desconocido propósito y la impotencia se apoderaba de toda mi musculatura, que me impedían seguir corriendo.
Llegó el día, de repente, no corría, solo deambulaba por una incierta penumbra, pero ahí estaba, no sabía muy bien lo que era, pero tenía un enérgico matiz a felicidad, todo lo que me rodeaba se coloreó de esa potente tintura y el bienestar invadió mi vida conforme me acercaba a ese borroso puntito de luz.
Estaba convencida de que ese punto era un punto y final a mi larga carretera, por eso mi gran desconcierto ahora, no era un final. Estoy enfrente de un cruce de caminos, y no un cruce sencillo con una intersección entre dos vías, no, se presenta ante mí como un enredado ovillo de avenidas, las cuales no parecen tener un final.
Dudas, no se si algún día me decidiré a avanzar, ahora las sombras vuelven a cruzar por mi alma, vienen y van, luz y oscuridad, esta inseguridad me atormenta y ni siquiera me deja respirar. No entiendo nada…no se si estoy enloqueciendo y todo es fruto de mi frustración, busco algo que me pueda guiar y no hallo nada, solo dudas y dudas que me devuelven a la soledad…


lunes, 8 de octubre de 2007

Sentado sobre los muertos

Sentado sobre los muertos
que se han callado en dos meses,
beso zapatos vacíos
y empuño rabiosamente
la mano del corazón
y el alma que lo sostiene.

Que mi voz suba a los montes
y baje a la tierra y truene,
eso pide mi garganta
desde ahora y desde siempre.

Acércate a mi clamor,
pueblo de mi misma leche,
árbol que con tus raíces
encarcelado me tienes,
que aquí estoy yo para amarte
y estoy para defenderte
con la sangre y con la boca
como dos fusiles fieles.

Si yo salí de la tierra,
si yo he nacido de un vientre
desdichado y con pobreza,
no fue sino para hacerme
ruiseñor de las desdichas,
eco de la mala suerte,
y cantar y repetir
a quien escucharme debe
cuanto a penas, cuanto a pobres,
cuanto a tierra se refiere.

Ayer amaneció el pueblo
desnudo y sin qué comer,
y el día de hoy amanece
justamente aborrascado
y sangriento justamente.
En su mano los fusiles
leones quieren volverse:
para acabar con las fieras
que lo han sido tantas veces.

Aunque le faltan las armas,
pueblo de cien mil poderes,
no desfallezcan tus huesos,
castiga a quien te malhiere
mientras que te queden puños,
uñas, saliva, y te queden
corazón, entrañas, tripas,
cosas de varón y dientes.
Bravo como el viento bravo,
leve como el aire leve,
asesina al que asesina,
aborrece al que aborrece
la paz de tu corazón
y el vientre de tus mujeres.
No te hieran por la espalda,
vive cara a cara y muere
con el pecho ante las balas,
ancho como las paredes.

Canto con la voz de luto,
pueblo de mí, por tus héroes:
tus ansias como las mías,
tus desventuras que tienen
del mismo metal el llanto,
las penas del mismo temple,
y de la misma madera
tu pensamiento y mi frente,
tu corazón y mi sangre,
tu dolor y mis laureles.
Antemuro de la nada
esta vida me parece.

Aquí estoy para vivir
mientras el alma me suene,
y aquí estoy para morir,
cuando la hora me llegue,
en los veneros del pueblo
desde ahora y desde siempre.
Varios tragos es la vida
y un solo trago es la muerte.

Miguel Hernández.
Porque es una de mis poesías favoritas y porque fue uno de los grandes.